Giselandia Carrasco, asesora financiera, recuerda que este tipo de activo no cuenta con el respaldo ni reconocimiento del Banco Central; de invertir lo haría bajo su propio riesgo.

Con el lanzamiento del Bitcoin en 2009, y el surgimiento de otras criptomonedas, su popularidad se ha ido expandiendo entre muchos ciudadanos y hasta grandes inversionistas, quienes cada vez más se familiarizan con activo digital.

El interés de muchos en adquirirlas como medio de pago o inversión también crece, aunque no siempre con las mismas intenciones.

En 2022, se determinó que un porcentaje considerable de consumidores dominicanos afirmó haber utilizado, entre otros medios, las criptomonedas como una forma de pago emergente. Mientras que un 52% de los consultados indicó que la utilizó más el año pasado que en los anteriores, de acuerdo a la encuesta New Payments Index, publicada por Mastercard. Esto pese a que en el país el uso de las monedas virtuales no está regulado por el Banco Central.

Para Giselandia Carrasco, asesora financiera, las “pocas” ventajas que ofrecen las criptomonedas (como acceso flexible, sin restricción de horario, moneda global y posible alto rendimiento), no compensan los riesgos asociados a la adquisición, tenencia o inversión en este tipo de activos.

“Las criptomonedas o monedas virtuales representan una serie de riesgos al inversionista”, afirma la analista. Citó su alta volatilidad, el elevado nivel de riesgo, vulnerabilidad al sistema virtual, la falta de un marco regulatorio y carencia del respaldo de los bancos centrales. Carrasco declaró a elDinero que si una persona realiza la inversión en criptomonedas no puede revertirla.

Al respecto, el Banco Central ha emitido, desde 2017, varios comunicados indicando que las monedas virtuales como Bitcoin, Litecoin, Ethereum, entre otras, no son reconocidas como medios de pago en República Dominicana, por lo que carece de la protección legal que otorga el marco jurídico local.

No son un instrumento de curso legal y por consiguiente no gozan del respaldo del Estado dominicano. Por tanto, su valor depende enteramente de la oferta y la demanda, y de la confianza de los inversores. Entonces, si usted desea invertir en este sector sepa que lo hará bajo su propio riesgo.

Otras alternativas

La especialista en finanzas personales exhorta a las personas que deseen invertir parte de sus ahorros a que opten por el camino más seguro: los bancos tradicionales o mercado de valores, en donde existen diversos instrumentos de inversión, tales como certificados financieros, bonos, fondos mutuos de inversión y acciones.

Lo interesante es que usted tendrá a su disposición un ejecutivo que le guiará y orientará al respecto. No obstante, antes de invertir su dinero en cualquier sector o instrumento financiero, tenga presente que esté regulado por las instancias correspondientes, que la entidad tenga calificación de riesgo, la trayectoria del emisor, así como los tipos de instrumentos, plazos, tasas del mercado y retornos.

“Estos aspectos son básicos para mirar cual es el nivel de riesgo de la inversión, una inversión que pague sobre la media del mercado o con promesas de altos rendimientos divorciados de la media del mercado es un claro indicador de que su riesgo es excesivamente alto”, expresó Carrasco.

Detalles a considerar con las criptomonedas

  • Pago irreversible. Por lo general, los pagos con criptomonedas son irreversibles, solo se puede recuperar si la persona a la que le pagó se lo devuelve directamente.
  • Falta de respaldo. Las monedas virtuales no tienen respaldo del Banco Central, por tanto carece de protección legal. Puede perder su dinero ante cualquier eventualidad.
  • Información. Una forma de mitigar los riesgos ante cualquier inversión es asesorarse con un experto avalado y ser precavido en los montos a invertir en el mercado formal.
  • Estafas de inversiones. Estos activos virtuales son altamente vulnerables al fraude. A menudo le prometen falsamente que puede “ganar mucho dinero”, con “riesgo cero”.
  • Alta volatilidad. El valor de una criptomoneda puede cambiar rápidamente. Si su valor baja, no hay garantía de que vuelva a subir, o de transarla antes de más devaluación.

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Por El Dinero