Una metáfora poderosa de la pluma de David que dice soy semejante al Pelícano del desierto, describe un estado de dolor, soledad, insomnio y pocas ganas de comer. El Pelícano es un ave acuática y gregaria con habilidades para la pesca con largo pico y bolsa gular donde guarda alimentos y agua para su consumo, pero en especial para sus crías. Son aves que necesitan esa abundancia, pero David nos deja una imagen desgarradora de un estado humano en el que se es semejante a un Pelícano solitario viviendo en la más absoluta sequía y ausencia de alimentos.

Nuestro sentido de soledad, nuestra pérdida del sentido de la vida nos puede hacer sentir con ese vacío y ausencia aun estando en compañía. Dudamos de Dios “a causa de tu ira y enojo me alzaste y me has arrojado”.  En el salmo 102 David describe esa sensación humana de creer que Dios nos abandona. En la depresión la sensación de soledad es inmensa, ese sentimiento de no ser amado y de verse en un desierto, aunque haya abundantes peces, agua, hermosa familia, hijos y cónyuge que nos ame.

La frecuencia de ideas suicidas y suicidios han aumentado en varios países. Millennials y Centenials conectados con el mundo por las redes, descuidan los vínculos reales con personas físicas. En el hogar se sumergen en sus teléfonos y computadoras y descuidan la conexión con sus padres y hermanos. Los padres agobiados por el trabajo y el estrés desconocen los sentimientos de soledad de sus hijos.

En la depresión como dice el salmista, soy como el búho de las soledades y velo como el pájaro solitario sobre el tejado. La soledad, llorar con frecuencia, falta de sueño y sentir que la vida no tiene sentido van creando condiciones para la depresión. Se necesita asistencia psicológica y psiquiátrica ya que la depresión es una enfermedad que requiere medicación y psicoterapia. La pérdida de la voluntad es inmensa, por esa razón la familia tiene que ayudar para que el afectado busque ayuda.

Dios no nos abandona. Nuestra familia está presente, pero es una sensación del que sufre, es su percepción. Se sienten solos en la multitud y atrapados en los complejos laberintos cognitivos y biológicos que alimentan la depresión.

Fuente: Salmo 102

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