El dato está contenido en la “Radiografía de los indicadores en hombres con conductas violentas en República Dominicana”, fruto de una investigación realizada por el Centro de Intervención Conductual para Hombres, de reciente publicación.
Santo Domingo, RD.-El 73% de los hombres que agreden a mujeres que son sus parejas no se consideran violentos en el plano de su relación, un elemento que tienden a utilizar para justificar sus acciones, las que atribuyen a cualquier otro factor, según un levantamiento realizado por el Centro de Intervención Conductual para Hombres.
“La negación es una característica frecuente en los hombres que apelan a la violencia en contra de las mujeres y uno de los principales obstáculos para el cambio de esta forma de comportamiento”, expuso el psicoterapeuta Luis Vergés, director del organismo, en el marco del lanzamiento del estudio “Radiografía de los indicadores en hombres con conductas violentas en República Dominicana”.
Vergés explicó que son varias las salidas que emplean los agresores para no asumir la carga emocional que implicaría reconocerse como una persona que daña a otras, entre ellas: la minimización (quitarles importancia a los hechos), la negación (“yo no hice nada”), la racionalización (“para que la golpee otro, mejor la golpeo yo”) y culpabilizar a la víctima (“ella se lo ganó, me hizo enojar”).
A través de este estudio, “la ciencia nos está diciendo lo que tenemos que hacer para proteger a las mujeres”, aseguró el especialista de la conducta humana, ya que los indicadores recolectados revelan el comportamiento tanto del agresor, como de la víctima.
El acto de lanzamiento, celebrado en el salón Ingeniero Mario Cabrera Morín, de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), se enmarca en el proyecto “Mejora de la calidad de los servicios dirigidos a la atención y protección eficaz a víctimas de violencia de género en la República Dominicana”, que desarrollan la Dirección contra la Violencia de Género y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
El Centro de Intervención Conductual para Hombres y la Dirección contra la Violencia de Género, que dirige la procuradora fiscal Ana Andrea Villa Camacho, forman parte de la estructura con que cuenta el Ministerio Público para perseguir sanción contra los delitos de género e intrafamiliar, contribuir a la prevención de este mal, atendiendo a los factores vinculantes, y brindar asistencia efectiva a las mujeres sobrevivientes.
“Este estudio viene a darnos una señal de cómo andamos en la materia”, ponderó en su intervención la magistrada Villa Camacho. “No comprender el fenómeno de la violencia, no entenderlo y no saberlo, -como alguien me dijo en estos días- es sumamente peligroso. Por ende, requiere educarnos diariamente con el tema, investigar diariamente, reaprender cada día, debido a que la violencia contra las mujeres y las niñas es una lucha del día a día”, agregó.
En nombre de la UNPHU, la vicerrectora académica, Patricia Matos, resaltó la responsabilidad de la casa de estudios superiores en respaldar las investigaciones y propuestas que contribuyan a alcanzar la igualdad de género y a erradicar un mal que ha costado la vida a tantas mujeres, como es la violencia machista.
La “radiografía de los indicadores” surge de los datos registrados en el centro que dirige Vergés, donde son referidos los hombres sometidos a la justicia por denuncias de violencia de género o intrafamiliar y que ya ha acompañado a más de 40 mil usuarios en sus procesos de modelación conductual para la convivencia pacífica.
La metodología utilizada consistió en la realización de entrevistas a profundidad, así como la valoración descriptiva del riesgo y la peligrosidad, obtenidas mediante pruebas de entrevistas cara a cara y validación de testimonios de los imputados mediante el contraste con análisis de testimonios de las denunciantes, detalla el informe en su introducción.
Un 62% de los participantes en el estudio indicó haber sido educado con castigos físicos en la niñez y un 68% afirmó que presenció maltratos verbales y físicos del padre hacia la madre, aspectos que resultan trascendentes en la conformación de una actitud violenta.
“La educación fundamentada en el castigo físico en la infancia, que suele ser aceptada como método de corrección, influye en una personalidad agresiva”, afirmó Vergés. También, agregó que, desde el punto de vista de la persona afectada, muchas mujeres se mantienen en este tipo de relación y sostienen que lo hacen por sus hijos, haciendo de esto una normalidad, como lo indica el dato de que en el 38 % de los casos se reportan más de 10 años de convivencia con el agresor.