“Corrige a tu hijo, y te dará descanso, Y dará alegría a tu alma”, Proverbios 29:17

Cuando un hijo o hija comete un error nuestra tendencia es enfocarnos en el castigo. La Disciplina Positiva recomienda las consecuencias que pueden ser naturales o las consecuencias lógicas, las cuales deben estar relacionadas con la falta cometida.

Una de las actitudes que he modificado frente a los errores que cometen mis hijos, es ver los errores de forma diferente. 

Trato de ver cuáles oportunidades de aprendizaje me da experiencia para corregir a mis hijos. El error debe ser una fuente de aprendizaje, no debe ser para airarnos irracionalmente; pero tampoco debemos ignorar las faltas, ya que las consecuencias serán correctoras de las malas conductas.

Como Terapeuta Familiar Sistémico, siempre procuro ver la conducta sobre el contexto del sistema familiar. Los sistemas tienen sus reglas, límites; qué se permite y qué no se permite. 

En los sistemas hay mecanismos autocorrectivos y una tendencia a mantener todo igual o en equilibrio, que es lo que llamamos Homeostasis. 

La Homeostasis es contraria al cambio. En Terapia Familiar procuramos cambios en el sistema para que sea más funcional y mejore la familia. 

Frente a los errores de los hijos, los padres debemos revisar nuestro manejo parental. Las reglas, supervisión y la jerarquía. No sólo nos enfocarnos en cambios que deben dar los hijos.

Hay cambios que debemos dar los padres. Criar positivamente requiere tiempo, paciencia, mucha supervisión y aplicación de consecuencias naturales y lógicas. 

Las metas que procuramos lograr son conseguir hijos responsables, respetuosos y recursivos (talentosos). 

Como padres debemos reforzar el control emocional y mantener una crianza basada en “firmeza y el amor”.

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