Una de las escenas más comunes al visitar fiestas patronales nocturnas, sobretodo en comunidades rurales, es ver en la tarima principal a niños de hasta 4 años saltar y divertirse en este escenario artístico, mientras niñas de diferentes edades han sido vistas, realizando movimientos pélvicos al bailar el contagioso ritmo musical, conocido como “Dembow”, momento que despierta risas y la celebración de muchos adultos que disfrutan del ambiente.

Para el poeta y gestor cultural  Rannel Báez,  con el auge de estos ritmos del denominado género urbano, niños y niñas  han sido fuertemente arrastrados  por esa corriente musical, cuyo contenido en su mayoría, les  incita directamente a tener sexo a destiempo, además de caer en otros flagelos sociales.

Báez cree que se deben reorientar los programas de las fiestas patronales hacia actividades   culturales, y aprovechar estos espacios para la concienciación de la población, entorno a  problemáticas como el embarazo en la adolescencia y otros males que afectan a nuestra sociedad.

De su lado Ángel Jiménez, presidente del Grupo Cultural Sahuaro, propone la realización de acuerdos entre los organizadores de fiestas  y las autoridades locales para la creación de espacios no nocturnos, en los que se realicen actividades infantiles, en un entorno lejos del lugar de diversión de los adultos, en donde los niños y niñas se encuentren libres del ambiente del consumo de alcohol, cigarrillos y la música nociva.

“Que el consumo de la música sea otro, diferente al que consumen los adultos y, de paso se estaría haciendo un trabajo extraordinario en la recuperación de la niñez como tal”, expresó.

En tanto que, el cura párroco de la iglesia nuestra señora  de Los Remedios, Duván López  considera que los pueblos han convertido a estas fiestas nocturnas en “parrandas patronales”. No se opone a las  mismas, sin embargo cree necesario, que sean reorientadas hacia el fomento del arte, la cultura, la recreación y el deporte en las comunidades, invirtiendo una mayor cantidad de recursos económicos  en las mismas.

 “Vayan a un lugar cualquiera  y  vean cuánto gastan en unas fiestas patronales, y de eso cuánto le invierten en actividades de formación con niños, actos culturales que valgan la pena, nada.   Pero de pronto a los artistas, sí le gastan mucho”, expresó el cura.

Consumo de bebidas en menores de edad; una práctica normalizada

Vimos de cerca una escena en el municipio de Peralta, en donde dos niñas de unos 14 años aproximadamente, exhibían  una botella grande de alcohol e iban en dirección  a la multitud, ubicada en las fiestas patronales.

Para  Herodis Matos, un trabajador social de la temática de la primera infancia,  esa problemática deviene de hace mucho tiempo y, recuerda que en una ocasión, cuando dirigía un proyecto educativo en una escuela de una comunidad, muchos estudiantes no asistieron, porque según los docentes de ese plantel, estos se acostaron tarde de la noche, luego de haber estado en una fiesta patronal junto a sus padres, y por el efecto del alcohol al día siguiente, no llegaron a la escuela.

Sobre ese tema, el cura Duván López, Lamentó que padres, madres o tutores  acudan con sus hijos a estos lugares a consumir bebidas alcohólicas, acción que considera sancionable y con la que se debe  hacer cumplir la ley, castigando a los responsables.

Riesgos de abuso sexual en carpas de expendio de bebidas alcohólicas

Un distribuidor de bebidas en fiestas patronales, quien no quiso decir su nombre, nos expresó que desde algunos hogares, se les otorga el permiso a adolescentes en edades de los 13 años en adelante, para que sean vendedoras de cervezas en carpas.

“Ya con trece y catorce van echando su cuerpo y algunas vendedoras de cervezas en las carpas,  las llaman para que atraigan consumidores de bebidas”. “Ellas vienen ya hechas mujeres a buscarse su dinerito, yo lo que no aceptaría es una hija mía en eso, no estoy de acuerdo” enfatizó.

María y su hermana Kati (Nombre ficticio), iniciaron a vender cervezas en una carpa desde los 12 años.  Eran llevadas   por su madre, y según manifiestan, la carpa se mantenía llena de hombres, con quienes tenían que conversar para entretenerlos, para que estos consumieran bebidas.

“Esa es una estrategia de la propietaria de la carpa, la cual sabe que las menores de edad atraen a muchos hombres, sobre todo adultos”, dijo el citado distribuidor de cervezas.

 A decir de expertos en el tema de protección de la niñez, es ahí donde se exponen a ser atrapadas las niñas en las garras del embarazo en la adolescencia, ya que, muchos adultos abusadores sexuales, van a esas fiestas a ofrecerles dinero  para que salgan con ellos y se aprovechan de la vulnerabilidad de ellas y su situación socioeconómica.

Propuestas de protección de la niñez en patronales

La mayoría de las personas entrevistadas en este trabajo periodístico, considera que se necesita un mayor personal sensibilizado  en temas de abuso y protección de la niñez, agentes policiales y municipales capacitados que actúen en la protección de  la niñez en estos espacios.

Así como también, un mayor compromiso de las casas licoreras que patrocinan estos eventos tradicionales aportando en coordinación con los comité organizadores, mayores controles para la prevención de abusos y evitar la exposición al peligro de la población infantil en estos lugares.

La creación de fiscalías para niños, niñas y adolescentes en cada municipio, la capacitación y sensibilización de policías en temas la prevención de abusos y maltrato infantil, para que actúen de manera adecuada ante casos que involucren a menores de edad en esos espacios de diversión.

Por: Waner Noboa

Comparte la Noticia: