La atmósfera del planeta rojo está saturada con el vapor y este termina dividido en átomos, que desaparecen en el espacio.
El proceso de pérdida de agua de la superficie marciana, la mayor parte de la cual se encuentra congelada en los casquetes polares, está ocurriendo mucho más rápido de lo que pensaban los astrónomos hasta ahora. Un grupo de investigadores procedentes de Rusia, Francia, Reino Unido y España relaciona el proceso con las estaciones tormentosas en el planeta rojo y concluye que el vapor se acaba desintegrado en las capas altas de la atmósfera.
El artículo del equipo publicado este jueves en la revista Science revela que la luz solar, las condiciones meteorológicas y químicas propician la división de las moléculas de agua en átomos de oxígeno e hidrógeno, escapando estos últimos al espacio porque la débil gravedad de Marte no puede retenerlos.
La pérdida de agua atmosférica viene anticipada por una importante evaporación superficial, que se produce en su mayor parte durante la primavera y el verano marcianos, que son estaciones cálidas y abundantes en tormentas. Cantidades de agua mucho mayores de lo previsto ascienden a alturas superiores a 80 kilómetros. A continuación se suspenden en la atmósfera del planeta, que contiene hasta cien veces más vapor de lo que la temperatura debería permitir en teoría.
Estudios anteriores demostraron que el planeta rojo estuvo alguna vez en el pasado inundado de agua corriente que ha desaparecido en gran medida, quedando menos del 10% de su volumen inicial. El proceso de pérdida continúa y fue registrado entre los años 2018 y 2019 por la sonda Trace Gas Orbiter, enviada a Marte a bordo de la misión ExoMars, dirigida por la Agencia Espacial Europea y su homóloga rusa, Roscosmos.
Se confirma así lo que los científicos decían en el pasado sobre el clima árido de Marte y el hecho de que gran parte del agua existente está congelada en sus casquetes polares. Todo indica que el planeta va a secarse aún más, pero incluso la escasa presencia de hielo en la superficie podría ser clave para hacer viable un viaje tripulado y una estancia duradera en Marte.
En una entrevista televisiva de 2018 el presidente ruso, Vladímir Putin, planteó la posibilidad de mandar naves para “desembarcar en los polos”, tanto de Marte como de la Luna, en cuestión de años, ya que “hay motivos para pensar que allí puede haber agua”.