El evento convocado desde este viernes se presenta como un espacio “para alertar sobre la amenaza que supone una eventual victoria electoral” de la izquierda en dos países de la región.

Según sus organizadores, el evento tiene en la mira los próximos comicios que se celebrarán este año en Colombia y Brasil, donde la izquierda tiene claros chances de ganar, lo que para la ultraderecha española pondría “en peligro la existencia de la democracia, la libertad y el Estado de Derecho en toda la región”.

En el caso específico de Colombia, el ‘Foro Madrid’ ataca sin rubor al candidato izquierdista Gustavo Petro, al considerar que el proyecto político del Pacto Histórico representa “una amenaza” para el país suramericano. El documento que respalda la convocatoria es la llamada Carta de Madrid, que ha reunido “10.000 firmas que denuncian el proceder de la izquierda radical en la Iberosfera y que se comprometen a trabajar en conjunto para contrarrestarla”.

Entre los firmantes de ese documento se encuentran no solo representantes de la ultraderecha en la región, como la excandidata presidencial en Perú, Keiko Fujimori, investigada por corrupción; la dirigente venezolana, María Corina Machado; el excandidato presidencial chileno José Antonio Kast; el senador brasileño Eduardo Bolsonaro; o el polémico senador argentino Javier Milei, sino también cuestionadas personalidades de la política regional, como el exministro del Gobierno de facto de Bolivia, Arturo Murillo, actualmente preso en EE.UU.

Los tentáculos de VOX

Desde el año pasado, el líder de Vox en España, Santiago Abascal, anunció el deseo de la organización política que dirige de expandir sus miras más allá del país europeo. Sin dar mayores detalles, dejó claro que el propósito era crear una “estructura internacional” que sirviera como “una auténtica oposición en defensa de las libertades y la democracia”.

Por eso no sorprende que la agenda de conferencias esté centrada en denunciar el supuesto “atentado contra los valores occidentales” que podría significar para VOX el avance de la izquierda en países como Colombia, donde hay una histórica tradición política conservadora gracias a la satanización de los sectores progresistas, a quienes siempre han tratado de vincular con la insurgencia armada.

En el texto de la convocatoria, aseguran que las próximas elecciones en Colombia se debaten entre “un modelo que defiende la propiedad privada, la división de poderes, la alternancia en el poder y la libertad” o el supuesto retroceso “hacia el comunismo”.

En la apertura del evento, Abascal envió un mensaje en video a los asistentes: “Ha llegado la hora de plantar cara a las organizaciones criminales dirigidas por las tiranías de La Habana y Caracas”. En su habitual arremetida contra Cuba y Venezuela, el político insistió en la necesidad de contrarrestar la influencia de la izquierda regional que, a su juicio, “quiere subvertir a las democracias encaminándolas a proyectos totalitarios”.

La cita en la capital colombiana no solo contempla ponencias como las del prófugo venezolano Alejandro Peña Esclusa, acusado de terrorismo, o la del exministro boliviano Carlos Sánchez Berzaín, quien acompañó al sanguinario régimen de Gonzalo Daniel Sánchez de Lozada, tristemente célebre por la Masacre de Octubre, sino también por la presencia de caras locales, como las senadoras María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín, pertenecientes la rama radical del ‘uribismo’, así como la representante del Centro Democrático, Margarita Restrepo. Todas ellas han suscrito la Carta de Madrid.

Denuncias contra Petro

En víspera de la convocatoria, que abiertamente desprestigia la candidatura de Petro, los organizadores denunciaron las supuestas “amenazas” de las agrupaciones colombianas que apoyan el proyecto político del Pacto Histórico.

En un comunicado, el Foro Madrid calificó a las organizaciones sociales que acompañan a Petro como “grupos vandálicos” vinculados a los “socios de la izquierda narcocomunista”, y aseguró que buscaban “boicotear” el encuentro en Bogotá “poniendo en peligro la integridad física de los asistentes e invitados internacionales”.

Pero más allá de una manifestación pacífica a las afueras del lugar donde se realiza el encuentro, no se han reportado hechos de violencia que puedan poner en peligro a los asistentes a la reunión.

“Foro Madrid responsabiliza directamente a Gustavo Petro de estas amenazas y de las acciones de violencia que puedan producirse”, apuntaron los organizadores. Sin embargo, el candidato que encabeza todos los sondeos como favorito a la presidencia ni siquiera ha hecho alusión al evento.

Las ultraderecha en alerta

Lo cierto es que la ultraderecha empieza a articularse con miras a la región para ganar terreno. El año pasado, el innegable cambio del tablero político en América Latina con la llegada de líderes de izquierda como Pedro Castillo en Perú; el fortalecimiento de los liderazgos de Andrés Manuel López Obrador y Alberto Fernández, en México y Argentina; así como el resurgimiento de iniciativas de integración como la Comunidad de Estados Americanos y Caribeños (Celac), aunado al debilitamiento de foros como el Grupo de Lima (nacido en el seno de la Organización de Estados Americanos), despertaron la preocupación de organizaciones extremistas como Vox.

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El reciente triunfo de Xiomara Castro en Honduras y la llegada de Gabriel Boric a Chile alientan a Abascal a apretar el acelerador. Este viernes, en su breve mensaje virtual, lo admitió: “No será fácil (…) La situación que atraviesan las naciones que conforman la Iberosfera es enormemente preocupante“.

La estrategia para evitar ese avance no pierde puntada en lo fundamental: apuntar a Venezuela y Cuba como enemigos habituales, desprestigiar al Foro de Sao Paulo y al Grupo de Puebla, y ponerle la etiqueta de “libertad” a una agenda antiderechos.

El punto más interesante de esa “cruzada” es que el mismo partido que arremete contra los migrantes en España, gran parte de ellos provenientes de Latinoamérica, es el que encabeza un movimiento en la región para imponer un proyecto político supremacista, racista, machista y xenófobo, bajo la mirada eurocentrista de un concepto como la ‘Iberosfera‘.

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