Estos mamíferos a menudo pueden ser vistos tumbados de espaldas jugando con piedras: las lanzan al aire y las atrapan, y se las pasan alrededor del cuello.

Investigadores de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, han llevado a cabo un extenso estudio sobre por qué las nutrias cautivas tienden a jugar con piedras, un fenómeno comúnmente conocido como ‘malabares’.

Estos mamíferos a menudo pueden ser vistos tumbados de espaldas jugando con piedras: las lanzan al aire y las atrapan, y se las pasan alrededor del cuello. Este comportamiento era considerado hasta ahora como un ejercicio para practicar las habilidades que las nutrias necesitan para extraer alimentos de presas complejas, como mejillones y almejas.

Sin embargo, el estudio mostró que cuando más malabarismos hacen las nutrias en cautiverio es cuando tienen hambre, anticipando la hora en que se las alimenta, lo que sugiere que ese juego podría ser en realidad una muestra de emoción por saber que pronto van a recibir comida, señala un comunicado de la página web de la universidad.

Mari-Lisa Allison, autora principal del estudio, publicado el 6 de mayo en Royal Society Open Science, señaló: “Los visitantes del zoológico a menudo se sienten cautivados por el juego de las nutrias. Sorprendentemente, muy pocos estudios han investigado por qué las nutrias están tan interesadas en hacer malabares con las piedras”.

Sin embargo, la bióloga indica que, “si bien es probable que el hambre impulse los juegos malabares con rocas en ese momento, la función última de este comportamiento sigue siendo un misterio”.

Para sacar estas conclusiones el equipo de científicos británicos analizó los malabarismos de varios especímenes de nutria asiática de garras pequeñas (‘Aonyx cinereus’) y de nutria lisa (‘Lutrogale perspicillata’) en entornos de zoológicos, es decir fuera de su hábitat natural.

Aunque las dos especies están estrechamente relacionadas, las nutrias asiáticas de garras pequeñas realizan movimientos de alimentación extractiva para explotar cangrejos y mariscos, mientras que las nutrias lisas se alimentan de peces. Sin embargo, resultó que la frecuencia de malabarismos con piedras no depende de especies o sexos.

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