Los niños y adolescentes hoy en día tienen mucho acceso a la información por Internet y las redes sociales. Milenials y Centenials son más diestros que sus padres en el uso de la tecnología. 

Los tutoriales y los vídeos les explican todo. Cómo dar un beso, cómo tener relaciones sexuales, cómo cortarse, cómo suicidarse, como engañar a sus padres y cómo plantear su privacidad y orientación sexual.

Frente a las narices de los padres un teléfono inteligente, una tablet o computadora, compiten contra la autoridad parental y van creando situaciones en el desarrollo social y emocional, que en ocasiones pueden crear dificultades relacionales con los padres o crear adicciones, ideas suicidas, depresiones, entre otros.

Las nuevas generaciones supercomunicadas sufren de una soledad existencial en gran número de sus miembros. La soledad, tristeza y depresión se observa en muchos jóvenes que terminan presentando afectación de su salud mental. 

Publicación de estados depresivos y el inicio precoz de relaciones sentimentales: son frecuentes en las generaciones actuales.

Seguir grupos, individuos y filosofías de privacidad, liberación sexual, uso del placer sin medir riesgos, utilización de drogas, VAPE y Hooka: son elementos distintivos en adolescentes alrededor del mundo. Lo que dicen a quienes siguen en Internet y lo que piensan y dicen sus amigos, es más importante que lo que piensan los padres o las reglas que se quieren imponer.

Los padres requieren conectarse más a los hijos, dedicarles más tiempo y reforzar reglas, límites y rutinas. Crear responsabilidades y evitar que el descuido parental llegue al nivel de tener hijos e hijas en la casa que no conocemos y que están asumiendo conductas de riesgos que desconocemos o que simplemente hemos perdido toda la autoridad y la conexión emocional con nuestros hijos.

Una sana disciplina combina los límites y la autoridad con el amor. Un amor que se expresa en cuidado, en tiempo, en conocer a nuestros hijos compartiendo con ellos y no dejarlos en el abandono con las redes y celulares inteligentes para que sean educados por esas fuerzas tecnológicas que no controlamos o que descubramos que las redes se han llevado a nuestros hijos lejos de nosotros. Y en la profundidad de las aguas acarician los peligros de la pornografía, sexo precoz, adicciones, bandas juveniles, ideas suicidas y suicidio.

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