En los primeros dos meses del año, la tasa de deforestación aumentó un 70 % en comparación con el mismo período de 2019.
Los datos satelitales de la agencia espacial brasileña INPE muestran que la Amazonía perdió casi 470 kilómetros cuadrados de bosque en los primeros dos meses de este año, lo que supone un aumento de un 70 % en comparación con las cifras del mismo período del año pasado.
“El aumento en las tasas de deforestación no puede explicarse por ningún factor climático. Es probable que se deba únicamente a la sensación de impunidad de los delincuentes ambientales porque la aplicación de la ley es muy débil y ausente”, dijo a la revista New Scientist Carlos Nobre, de la Universidad de Sao Paulo (Brasil).
Este aumento es consecuencia de la tala ilegal ante la falta de cualquier aplicación de la ley para proteger la selva amazónica, según Nobre. Además, con la llegada de la estación seca el índice de deforestación va a acelerar aún más.
Erika Berengeur, investigadora de la Universidad de Oxford y la Universidad de Lancaster (Reino Unido), cree que, “a menos que haya una respuesta gubernamental fuerte”, este año podría mostrar tasas de deforestación peores que en 2019, un año en que se perdieron más de 9.760 kilómetros cuadrados de masa forestal.
Según un reciente estudio, actualmente los bosques tropicales de la Amazonía y África absorben un tercio menos de dióxido de carbono que en 1990. Las observaciones y un modelo estadístico permitieron a los investigadores estimar que para 2035 los árboles de la Amazonía se convertirían en una gran fuente de emisión de gases de efecto invernadero debido a los incendios forestales.