La norma que rige el derecho es clara: “Dura lex, sed lex”, que traducida al español reza: “La ley es dura, pero es la ley”. Este principio se aplica para cuando entendemos que no ha sido tan ejemplar.

Los tribunales hablan mediante sentencias, (los abogados sabrán mejor que yo), pero esas sentencias no se dictaminan porque estemos de acuerdo o no, se hacen basándose en pruebas sustentables que puedan demostrar la culpabilidad o no, de un imputado.

A pesar de lo aberrante del hecho que sin dudas, conmovió a todo el país y que lo tenemos fresco en la memoria nacional, no se puede hacer cumplir la ley violentando los derechos universales, aún cuando no estemos de acuerdo.

La justicia no puede, ni debe, manejarse por presiones sociales, ni mediáticas, sino garantizar castigos justos para los infractores.

En este caso particular, no fue que la justicia nos falló a nosotros como país, ni siquiera a la memoria de la hermosa Emely, cuya sonrisa estará para siempre en nuestros corazones, sino que las pruebas presentadas sustentaron que su condena debía ser de dos años y así fue, pero ella ya cumplió esa pena, entonces no había razón por la cual continuar en presión.

Cada imputado tiene derecho a una defensa, que será un profesional que, quizás aunque conozca la culpabilidad e incriminación y que en ocasiones tenga el mismo sentir de repudio como humano, debe garantizar las condenas justas, respetando siempre el debido proceso.

En este caso, la defensa de Marlín Martínez demostró que ella había cumplido sus dos años de condena y que no había razón para violentarle sus derechos, (y sí, aún el más cruel criminal tiene derechos que se deben respetar).

Sin dudas, este ha sido un hecho maldito, del que esperamos se haga justicia hasta el final, sin olvidar que el responsable está tras las rejas, cumpliendo una condena de 30 años, que aunque para mí ni con la pena de muerte pagaría, nuestro Código Procesal Penal no permite una sentencia más allá de los 30 años.

Entonces es allí donde se debe dirigir la lucha popular y mediática, en impulsar un Código Procesal que garantice el endurecimiento de las penas, que permita que la justicia pueda dictaminar sentencias más fuertes y ejemplares, porque sin dudas hay personas que realmente no deberían estar libres jamás y en algunos casos, ni siquiera respirar el mismo aire que los demás.

Por: Ronny De la Rosa

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