Las pérdidas impactan de diferentes formas a los individuos. A veces reavivan viejos conflictos de pareja o familiares.

Aceptar la pérdida es el inicio de la solución de un duelo. 

Cuando perdemos algo significativo, esto deja un dolor difícil de superar. Y si no se acepta la pérdida es más difícil enfrentar  la vida. 

Cuando una crisis económica nos afecta, la actitud de fe asumida nos permite superar el duelo rápidamente.

Hay que continuar viviendo, buscar otras alternativas y esforzarse en mantener el estado de ánimo en buen estado. 

Las pérdidas remueven culpas, crean desánimo y depresión.

Cuando asumimos y reconocemos las pérdidas el luto se supera en un tiempo prudente. Reconocer que la vida continúa y que tenemos un propósito en la vida nos ayudará a seguir adelante. 

No es bueno aislarse de los grupos a los que pertenecemos, ni aislarse de los amigos y de la familia.
Mantenerse activos y proseguir con los planes y proyectos, nos ayudará a la rápida superación del duelo.

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