El activismo LGBTIQ fue fundamental para dar a conocer el caso y defender a la víctima.

Un tribunal argentino absolvió a Eva Analía Higui de Jesús, una mujer lesbiana que en 2016 sufrió un intento de violación grupal por parte de tres varones y que, al defenderse, mató a uno de ellos.

La agresión ocurrió en 2016, y desde entonces los activismos LGTBIQ se movilizaron para dar a conocer su historia como un caso de lesbofobia, porque los atacantes, que ya la conocían y no era la primera vez que la acosaban, le advirtieron que la iba “a hacer sentir mujer”.

En estos cinco años y medio se lanzó la campaña por su absolución con un lema repetido en pancartas, paredes, camisetas, redes sociales: “Yo también me defendería como Higui”.

En las puertas del Tribunal estallaron los gritos, los aplausos, las lágrimas. Y la sonrisa de Higui, quien con la reparadora sensación de justicia a cuestas, agradeció el apoyo que ha recibido por parte de las organizaciones.

“Agradezco la fuerza, el cariño, la sabiduría, la protección, el respeto que solamente ustedes me dieron, gracias por la defensa, gracias por no bajar los brazos”, dijo en medio de una celebración colectiva en la que también recordó a Tehuel, un joven trans que está desaparecido desde el 11 de marzo del año pasado, cuando salió a una cita de trabajo y jamás volvió.

Reconvertida ella misma en activista, advirtió que la lucha sigue. 

Un triunfo

Chiqui Conder, abogada de Higui, advirtió que la absolución es una victoria de los activismos, no del sistema judicial patriarcal.

Nos tienen que creer cuando denunciamos un abuso. Acá no se investigó nada de lo que le hicieron a Higui. Lo único que se ve en los fiscales es criminalizar a Higui por ser mujer, negra, pobre y lesbiana. Lo primero que hace el Estado con Higui, que ha sufrido múltiples violencias, es encerrarla y meterla presa. Eso habla de un Estado ausente”, explicó en entrevista con la Agencia Presentes.

Higui tenía entonces 42 años. Los varones la rodearon. “Te voy a hacer sentir mujer, forra lesbiana”, le dijo uno de ellos. Conocían su orientación sexual y no era la primera vez que la atacaban por eso.

Entre todos la tiraron, le desgarraron la ropa. Le advirtieron que la iban a violar. Ella logró sacar una navaja para defenderse. Lo hundió en uno de sus agresores, Cristian Rubén Espósito, quien falleció. Los otros escaparon.

El ataque lesbofóbico y el intento de violación jamás se investigaron, pero Higui sí tuvo que pasar ocho meses en prisión por la muerte de su agresor.

Gracias a las organizaciones que se movilizaron, logró salir en libertad en junio de 2017. Pero siguió procesada hasta este jueves, en el que por fin dictaron la absolución por la que tanto luchó.

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