Industria y Comercio pondera generación de empleos de zonas francas.

Santo Domingo, RD.- El sector de zonas francas se ha caracterizado por ser uno de los que más empleos directos e indirectos genera en República Dominicana. En 2018 la cantidad de obreros, técnicos y personal administrativo empleados totalizó 171,726, unos 6,002 (un 3.6%) más que en 2017, según cifras oficiales.

Dentro del sector zonas francas, el mayor número de empleos lo sigue generando la actividad de confecciones textiles, con 41,370 (un 24.1%); tabaco y derivados, con 29,831 (un 17.4%); servicios, con 28,063 (un 16.3%); productos médicos y farmacéuticos, con 23,698 (un 13.8%), y calzados y sus componentes, con 11,965 (un 7.0%).

El viceministro de Zonas Francas y Regímenes Especiales del Ministerio de Industria y Comercio (MICM), Marcelo Pueblo; el subdirector ejecutivo del Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación (CNZFE), Daniel Liranzo; y la directora técnica del Consejo Nacional de Competitividad, Laura del Castillo, y el vicepresidente de la Asociación Dominicana de Zonas Francas (Adozona), José Manuel Torres, entienden que capacitar al personal humano aún representa un reto para el país.

Marcelo Pueblo afirmó que para apuntalar la competitividad de la industria local y del sector zonas francas para continuar desarrollando el potencial del sector exportador, se necesita la formación de recursos humanos más calificados, con suficientes competencias y habilidades para satisfacer las exigencias que demanda la industria global.

“La preparación, tanto profesional como técnica, emergen como ejes prioritarios fundamentales”, dijo.

Resaltó que las universidades, los institutos de investigación, las escuelas técnicas deben jugar un papel determinante, “ya que el país aún enfrentan desafíos importantes en el mercado internacional, debido a que deben competir con entornos cada vez más exigentes y competitivos”.

Mientras, Liranzo afirmó que aunque en 2018 los empleados de zonas francas que estaban en la categoría de técnico y gerencial, pasaron de un 16% en 2018 a un 29%, en los últimos años se ha expandido la necesidad de transformación del capital humano.

“Actualmente el salario promedio en la categoría de obreros es de US$265, al cual hay que sumarle un beneficio de aproximadamente un 40% por concepto de incentivo por producción, transporte que le he facilitado por muchas empresas de zona franca, subsidio de comida, entre otros”, añadió.

“Las zonas francas están demandando un personal más capacitado”, sostuvo Liranzo.

En ese sentido, Laura del Castillo explicó que la cuarta revolución industrial hace que los cambios lleguen de manera continua y sistemática. Por esa razón, manifestó, el recurso humano tiene que estar capacitado para poder enfrentar los desafíos de una industria que crece y se desarrolla en una técnica de gestión compatible con lo que demanda la economía global, así como para organizaciones públicas y privadas enfocadas a la innovación.

Aseguró que el capital humano que no se capacita se desprecia y llega a ser obsoleto, por lo cual es importante que la oferta formativa se adecúe a lo que demandan los sectores.

“Aunque en algunos sectores hemos logrado importantes resultados, aún no podemos decir que todo está perfecto, ya que hay sectores donde se necesita un mayor esfuerzo para que la oferta formativa se adecúe a lo que necesitan las industrias para continuar creciendo para hacer frente a la revolución industrial”, indicó.

Suplir demanda

El vicepresidente de Adozona aseguró que la preparación del capital humano representa un gran desafío para República Dominicana, ya que a su entender, si el país quiere atraer procesos cada vez más sofisticados en sectores no tradicionales, como la automovilística y la industria aeroespacial, se debe capacitar al capital humano para que se pueda sustentar esas demandas.

“Ese es el gran reto de nosotros y por eso Adozona junto al Consejo de Zona Franca para poder crear el capital humano que se requiere, a través de los clúster se está trabajando una agenda muy intensa con las universidades y con los centros de capacitación, promoviendo certificaciones, maestrías y cursos de capacitación técnico profesional”, dijo.

Explicó que el salario en las zonas francas está en función de la capacitación que tenga la persona. Manifestó que un joven de 18 años de edad, con un octavo curso y sin ninguna preparación laboral, no va a recibir un salario alto. Afirma que a medida que los empleados se van capacitando, obtienen algunas certificaciones técnicas que aumentan su valor para la empresa y le permiten tener mejores sueldos.

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